lunes, 15 de junio de 2009

Lunes...!

No soy fuerte, soy muy frágil, de cristal y aunque intento ser mayor, crecer, madurar, no me sale, no lo puedo.

Lo he intentado de mil maneras, riendo más bajo, evitando chillar, sin saltar, haciéndome la interesante, aparentando, sin hacerme dos trenzas, poniéndome tacón...

Pero se que me hundo igual que me elevo, en 10 segundos del suelo al cielo y no por eso soy de las peores, de las horribles, de las temibles, es más, yo creía que era de las mejores.

Alguien me dijo que estaba en un abismo, en un susurro negro y oscuro, tenia un nudo en la garganta como el que te hace la corbata y a veces pienso y me imagino que no es difícil sentirse así.

Sólo hace falta una mala racha, dos días malos, una mala noche, ser pequeña, no ser muy dura y querer en carne viva, ser como una herida bajo un limón, tener demasiado orgullo (como lo tengo yo) y ir hinchandose como un balón.

Siempre que el mundo se me nubla, recurro al mismo recuerdo, tu y yo en Castelldefels, llenos de sal, agua y arena, jugando a las aguadillas, riendo a carcajadas y a de Facto delafé y Las flores azules en el minuto 3,30 de enero en la playa, cantando...

-Vivan las noches, el sol, la sal, en tus labios...


1 comentario:

Azorín dijo...

"Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan"

Pablo Neruda

Uno es tan fuerte como las circunstancias le lleven a serlo. La mayoría de las veces no somos conscientes de todo lo que podemos llegar a soportar, hasta que un día aprendes a convivir con el dolor, a quedarte muy quieto para que se esparza por todo el cuerpo y moleste menos. Vas superando umbrales.

Pero a veces sólo hace falta la sonrisa de una chica en la calle, o un panini, o una canción, o un poco de lluvia, y aprender a admitir que estás equivocado para que esa mala racha parezca menos importante.

Quédate con las noches, con el sol y con los besos, sobretodo con los besos, esos que saben a todo y por los que mataría.